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CAPÍTULO 27

MEDIOS DE TRANSPORTE


 

 
   Con el arribo del tren, se origina una nueva fuente de trabajo que perdurará para siempre.  La distancia desde la estación a la costa -donde se alojaban los veraneantes- era larga y la calle siempre se encontraba en malas condiciones.  Aparecen entonces los cocheros, con sus "bis a bis", las "berlingas" o los "charrets".  Allí en esos carruajes, acomodaban los pasajeros sus maletas y ellos mismos se ubicaban para concluir con el último trayecto del viaje.

   El primero que se organiza con servicios de transportes, es Juan Balerdi en el año 1886.  Tiene varios carruajes que hacen el recorrido de la Estación Norte hasta las puertas de los hoteles y mansiones.  Pero luego, eso aparece como un monopolio que resta clientela a los "mateos" y se crea una situación de enojo.

   El gerente de la empresa del Ferrocarril del Sud, pone fin al entredicho -que ya había provocado riñas entre los disputantes- y el 12 de enero de 1888 resuelve que: cuando se abrió la extensión a Mar del Plata, la empresa previó que, en vista de la distancia entre la estación y el pueblo, sería absolutamente necesario para la conveniencia de los pasajeros, arreglar un servicio de carruajes permanente y seguro.

   Sin esto, el servicio no podría regularizarse y una vez que se dejase que los cocheros hicieran el traslado por cuenta propia, resultaría que en ciertas ocasiones el número de carruajes sería mayor que el que se precisara y en otras, no abría ninguno.

   Por esto y aparte de las discusiones entre los propios cocheros, el público pagaría precios exorbitantes.  De acuerdo a estos antecedentes, la empresa hizo el arreglo que hace tiempo que estaba en vigencia en Plaza Constitución (Bs. As.) y el cual daba muy buenos resultados en Europa.  Fue así como se eligió al cochero más respetuoso que se pudo encontrar y se hizo un contrato particular, por el cual el cochero se comprometió a atender todos los trenes, con número suficiente de carruajes para los pasajeros, empleando conductores decentes y atentos, fijando también tarifas reducidas.

   El señor Bautista Balerdi fue el elegido, pues hasta el momento había hecho el servicio a plena satisfacción de la empresa ferroviaria, sin que se hubiera producido ninguna queja por parte de los pasajeros.

   De tal modo, Sam Abbot, gerente de los ferrocarriles, ponía la rúbrica al primer medio de transporte público de pasajeros organizado, en el pueblo de Mar del Plata.

 

   TRANVÍAS:

   Los tranvías fueron los medios de transporte, que acompañaron el crecimiento de Mar del Plata desde sus comienzos.  Por decreto del 8 de junio de 1888, el Poder Ejecutivo de la Provincia otorgó una concesión para instalar tranvías con tracción a sangre en el pueblo de Mar del Plata.

   Los concesionarios fueron Tomas Tuner y Enrique Kidd.  Como el negocio no les fue redituable, exactamente cuatro años más tarde, el 8 de junio de 1892, la concesión es transferida a la Sociedad Anónima Tranvías de Mar del Plata. Transcurrido otro mes, aparece otro concesionario, Pedro Hahm y éste al tiempo, transfiere la concesión a Valentín Ferrari.  Ferrari transfiere la concesión el 1 de enero de 1908, a Federico Boillat y éste la explota hasta el  27 de octubre de 1921, fecha en que se crea la "Compañía de Tranvías".

   Ya en el año 1911, se quiso reducir el costo de la explotación y se compraron en Alemania tranvías a vapor construidos en Berlín.  Eran coches muy cómodos, con asientos almohadillados, respaldos reversibles, frenos accionados con aire comprimido y capacidad para 36 pasajeros, cada uno. Lo que no se tuvo en cuenta, es que el motor a vapor funcionaba muy bien en terrenos llanos pero no en la topografía ondulante de Mar del Plata. Por ejemplo, el tranvía a vapor no lograba subir la loma frente al Club Mar del Plata, frente a la Av. América (hoy Av. Luro). Por lo tanto la vida del tranvía a vapor, fue efímera en la ciudad.

   El motor y la electricidad empujan al progreso, en todas las partes del mundo y también en Mar del Plata.  En el año 1922 llega a  Mar del Plata el señor Moriondo, para ponerse al frente de la Compañía de Tranvías de Mar del Plata, previa desvinculación de la Anglo-Argentina.

   La Anglo-Argentina, proporciona cuatro coches cerrados y ocho abiertos (éstos últimos llamados jardineras).  Era material viejo pero constituyó toda una novedad para la ciudad, ya que el adelanto era muy importante, se pasaba del caballo a la electricidad.

   Fue así, que el 31 de diciembre de 1922, se inicia el servicio con tranvías eléctricos, con sus troley y sus frecuentes chispazos.  Se dispuso que todo lo recaudado ese primer día de funcionamiento, se entregaría como donación al Hospital Mar del Plata.

   Al día siguiente, se inició el servicio con toda regularidad. En esa primera etapa, la electrificación llegaba hasta las hoy calles Sarmiento y Castelli (lugar donde aún hoy día, se ven las vías de esa época). Desde ese lugar se seguía con tracción a sangre hasta el Puerto.  Los tranvías recorrían en su totalidad 19 kilómetros.  Recién para mediados del año 1923 la obra de electrificación llegó hasta el Golf y para fines del mismo año, el tranvía eléctrico llegó hasta el Puerto.

   El trabajo de esta empresa, pasó fundamentalmente por el respeto a los empleados que venían de una tecnología distinta y de allí al usuario.  Los mayorales (que conducían los tracción a sangre), se transformaron en conductores (motormen), con cursos y prácticas para el nuevo sistema eléctrico.

   Los talleres trabajaron a pleno, ya que aquellas primeras cuatro unidades cerradas poco podían hacer, puesto que el tiempo de rodaje, superaba ampliamente al de su vida útil.  Las jardineras se fueron transformando en coches cerrados, para poder ser utilizadas durante los meses de invierno.

   En el año 1929 sobreviene una crisis económica que se prolonga hasta 1934, a tal punto que no pueden pagarse los sueldos a los empleados.  Esta convulsión dio origen a la constitución de una "sociedad anónima" que consolidó el capital  y por lo tanto, el tranvía pudo seguir su explotación al servicio público.

   El tranvía vio crecer los barrios que recorre, la Estación Nueva, Playa Chica, el Golf y finalmente el Puerto.  La administración recayó sobre el Dr. Alberto Estrada, presidente de la sociedad, fue secundado por su hijo y como colaboradores más inmediatos, los señores Juan Bordenave y el Dr. Oscar Lorente Solá.

   En la década de 1940, ya hubo 30 unidades en circulación, pero pobremente equipadas en lo referente a  repuestos, pero se luchaba por mantener el ritmo del servicio acorde al crecimiento de la ciudad.  Luego del período crítico del fallecimiento del presidente de la Compañía y la segunda Guerra Mundial, la compañía de Mar del Plata con grandes esfuerzos, logra aumentar el número de tranvías construyendo once nuevos coches. Con esto se elevó a 41 el número de unidades en funcionamiento.

   Ya en la década de 1950, las líneas eran cuatro y recorrían gran parte de la ciudad.  El tranvía contribuyó en muy importante medida el crecimiento de la ciudad y su servicio fue tradicional, hasta el año 1951. Desde la Avda. Jara circulaban por la Avda. Luro y llegaban hasta el Bv. Marítimo. De allí hasta la calle Brown y por ésta hasta Sarmiento.  Luego subían por Castelli y de ahí iban rumbo al Puerto donde tenían la terminal. La terminal del puerto, era la misma y vieja casilla, donde hasta hace unos cuantos años funcionó el restaurante "El Viejo Pop". Ya en el año 1951 cesó el funcionamiento de los tranvías y fueron reemplazados por el modernos "Troleybus".

   La playa de estacionamiento de los tranvías donde descansaban en las horas nocturnas, estaba ubicado en las calles Chile y San Martín (esquina oeste) y los galpones donde funcionaron las oficinas y talleres de reparaciones, estaban en la Av. Luro entre España y Jujuy.  Ese viejo edificio, luego fue usado y se lo conoció durante muchos años como el Estadio Bristol, lugar donde se hicieron infinidad de reuniones boxísticas.

 

   OTROS MEDIOS:

   En la década de 1930, los autos de alquiler y los taxis, fueron sustituyendo a algunos transportes colectivos, que con o sin capota, llevaban a los turistas a los arenales de Punta Mogotes o a la estación de trenes.  Los primeros transportes de excursión, fueron las "bañaderas".  Éstas eran colectivos descapotados que, por lo general, se armaban sobre un chasis y motor Dodge 0 Km., con ruedas traseras duales.  Con el tiempo y por una disposición municipal, fueron techadas con lona.  Las excursiones fueron iniciadas por Francisco Maura.  Luego algunos vecinos se aventuraron en la misma empresa.

   Además de ir a Punta Mogotes y a la estación de trenes, las bañaderas hacían excursiones con salidas diarias, desde el Club Mar del Plata (Av. Luro y Bv. Marítimo).  Visitaban las fuentes de aguas termales de La Copelina, laguna La Brava y Sierra de Los Padres.  El precio variaba de $ 3.- por las dos primeras excursiones, hasta $ 4.- si se incluía Sierra de Los Padres.

   Aunque no haya sido lo más frecuente ni representativo como forma de transporte y de arribar a estos lugares, algunos aventureros llegaron a Mar del Plata en las primeras décadas del siglo XX, piloteando sus propias avionetas.  Entre ellos se destacó Virgilio Mira, que fue el precursor de los vuelos de excursión con pasajeros, que decolaban y aterrizaban en la playa Bristol....EN REDACCIÓN..///

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