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CAPITULO 11

SALADERO

 
   La ocupación territorial se realizó a expensas de la población indígena que fue paulatinamente empujada a concentrarse en determinados bolsones del espacio regional y finalmente desplazada, hacia el sur de la provincia.

   Por otra parte, en 1839, la Revolución de los Libres del Sur iniciada en Dolores por Castelli, produjo profundas alteraciones en la región cuando numerosos estancieros se alzaron contra el poder de Juan Manuel de Rosas y fueron derrotados por éste.

   Los embargos por la participación de los estancieros llevó al abandono de algunas estancias o a su falta de producción, como fue el caso de las estancias de Ladislao Martínez, preso en la ciudad de Buenos Aires, la Sociedad Rural Argentina, cuyo presidente Ambrosio Crámer fue muerto en combate y parte de las familias Saenz Valiente, Otamendi, Ezeyza, Castelli y Bosch, que partieron en un largo exilio hacia el Norte, acompañando en su suerte el derrotero del General Lavalle.

   Los cambios económicos, que comenzaron a gestarse en la década de 1840, se acentuaron a partir de la transformación política producida con la caída del régimen rosista en el año 1852.  Las estancias de la zona dedicadas inicialmente a la producción de ganado vacuno, fueron lentamente diversificando su producción, hecho que luego se traduciría en una reorganización funcional de las mismas.

   El incremento en la cantidad de establecimientos y en la productividad de los mismos, fue generando la necesidad de dar nuevas salidas a la producción ganadera y encontrar otros rubros más rentables.  Las mayores expectativas económicas, tuvieron su correlato político y la lógica aspiración a crear un espacio donde asentar las instituciones que garantizaran el poder obtenido.

   Durante el embargo de sus bienes, Ladislao Martínez vendió su estancia y sus ganados a José Gregorio Lezama, quien aprovechó estas circunstancias para reunir bajo su dominio una extensión mayor de tierras y ganados.  En agosto de 1856, Lezama vendió las estancias Laguna de los Padres, La Armonía y San Julián de Vivoratá, a un consorcio brasileño-portugués encabezado por el Barón de Mauá, realizando una excelente ganancia.  Mauá poseía el 50 % de la sociedad, mientras que el otro 50 % se repartía entre Coelho de Meyrelles, Pereira de Faría, Figueredo hijo, De Souza y Sa Pereyra.

   Coelho de Meyrelles había sido Cónsul de Portugal durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas y fue el encargado de poner en marcha las estancias y un establecimiento que cambió definitivamente las características de la región: el saladero.

   Coelho de Meyrelles, el primer poblador de esta zona, nació en la isla de Pisava (Cavo Verde) y fue hijo de Antonio Coelho de Meyrelles, portugués, natural de Oporto, Capitán de Navío y Gobernador Militar de esas islas y su madre fue Florinda de Burgo, portuguesa, natural de Isla Brava. José Coelho de Meyrelles cursó sus estudios en el Instituto Colegial de Friburgo y en la Real Universidad de Coimbra. Enfermo y endeudado, fallece en Buenos Aires en el año 1865.

   El diario "El Nacional", en su edición del 14 de agosto de 1856 informa que, "un consorcio portugués adquirió una extensión de 52 leguas de campo, 7 leguas de costa y donde hay no menos de 115.000 cabezas de ganado manso y alzado, yeguarizo y lanar".

   Esos campos a que hace mención en diario El Nacional, incluyen la fracción de "Laguna de los Padres" y con esto, ya está Coelho de Meyrelles por esta región.

   Es importante destacar el trayecto recorrido por Meyrelles, para comprobar que la ubicación actual de Mar del Plata es fruto de la casualidad.  La caravana de carretas tiradas por bueyes, llegó a esta zona en diciembre de 1856.  Los jinetes estaban compuestos por gauchos argentinos pero, en su mayoría, eran procedentes de Río Grande do Sul (Brasil), pues eran expertos en tareas de saladeros, industria que prosperaba en esa parte del continente.

   Los historiadores Enrique Alió y Julio César Gascón, dicen al respecto: " Al llegar a la altura donde se levanta hoy Mar del Plata, la caravana dirigida por Meyrelles, continuó en dirección Oeste, hacia la zona serrana.  Después de recorrer los alrededores de Laguna Brava, hizo un alto en la punta Este de la sierra del Volcán (hoy Puerta del Abra, límite fronterizo de los Partidos de General Pueyrredón y Balcarce).

   A Meyrelles no le pareció adecuado ese lugar para instalar el saladero, por su lejanía del mar y por la topografía del terreno.  Regresó nuevamente  y luego de otro intento de habilitación del saladero en la margen derecha del arroyo Vivoratá, se trasladó hasta la desembocadura del arroyo San Ignacio (hoy Las Chacras) y pareciéndole el lugar adecuado, mandó construir el saladero, en el paraje denominado mas tarde Punta Iglesia.

   La planta manufacturera se ubicó, después de muchas dudas, sobre la desembocadura del arroyo Las Chacras, cercana a la actual playa de Punta Iglesia.  Para su instalación y puesta en actividad, se emplazaron en sus alrededores galpones y casas de servicios, con sus respectivos pobladores.

   Coelho de Meyrelles instaló el galpón del saladero en la manzana delimitada actualmente, por las calles Luro, Alberdi, Corrientes y Santa Fe y frente a éste hizo construir un gran corral de "palo a pique" donde se encerraba la hacienda próxima a ser faenada.  Este corral estaba delimitado por las hoy calles, San Luis, San Martín, Santiago del Estero y la diagonal Alberdi, cuya tranquera miraba hacia el Oeste.  Se empleaban largas mangas hechas de palo a pique y arpillera para encerrar la hacienda poco mansa que abundaba en la región.

   El sistema del saladero funcionó de la siguiente forma: los animales pasaban de un corral grande a un corral más chico (el brete).  Allí se enlazaba a uno de los animales y se lo alzaba por medio de una soga y una roldana y una vez sujeto, se lo golpeaba en la nuca para desnucarlo.  Luego, una vez muerto el animal, se lo cargaba en una chata o vagón hasta un lugar techado, donde se hacía el degüello y la cuereada.  La carne se trozaba en tiras largas de unos 4 a 5 centímetros de espesor que, luego de dejarla orear por unas horas, se depositaban en unos depósitos con salmuera por un corto tiempo.  Luego se escurrían, se apilaban sobre una base de astas en pilas de hasta 4 metros.  Una vez transcurrido 40 a 50 días, moviendo y asoleando permanentemente las pilas de carne, quedaba listo el tasajo que luego se exportaba a granel en la bodega de los barcos, sin ningún tipo de envase.

   El sabor de la carne al final del proceso, no era nada agradable, pero por su bajo precio y buen contenido alimenticio, era destinado para la comida de los esclavos de Brasil y Cuba.  Se realizaron algunos intentos de comercializarlo en Europa para consumo de las clases bajas, pero los mismos fracasaron y algunos países como Gran Bretaña llegaron a prohibirlo, debido a sus deficientes condiciones bromatológicas.

   Meyrelles, que había establecido su estancia principal en "La Peregrina", consciente de la dificultad que había para transportar los cueros por mar hacia Buenos Aires, encargó al ingeniero Guillermo Bragge un estudio de factibilidad de un puerto.  Finalmente construyó un muelle de madera en la actual zona de Punta Iglesia, que fue frecuentado por las barcazas de Cándido Ceferino de Ávila y los hermanos Domingo y Lorenzo Mascarello, que fueron los encargados de transportar las mercaderías destinadas al saladero y llevar el tasajo producido en el mismo.

   La dirección de los trabajos de la estancia de la Laguna de los Padres, fue encargada a Rudecindo Barragán, antiguo poblador de la zona y la dirección técnica del proceso del saladero, fue encomendada a Carlos Lacrois.

   Meyrelles hizo construir un molino hidráulico, instaló un almacén de ramos generales que se denominó "La Proveedora" y dio trabajo a nativos (gauchos) expertos en arreo de ganado.

   La instalación del saladero en el Puerto de la Laguna de los Padres, generó un lento y progresivo cambio en la fisonomía de la región, al concentrar un pequeño núcleo de población alrededor del mismo.  Los peones y el personal que trabajaban en el saladero, se instalaron en sus inmediaciones dando lugar así, a una incipiente actividad en el lugar que comenzó a conocerse como poblado.    Se levantaron ranchos y barracas.  El trabajo acercó a hombres y mujeres.  Hubo familias y del andar cotidiano, surgieron sendas que serían calles.  Un poblado junto al mar.

   Lentamente, distintas actividades fueron concentrándose en el mismo.  Así surgió, como una necesidad, el almacén de ramos generales "La Proveedora" administrado por los señores Luengas y Harris y propiedad de Coelho de Meyrelles, que cubría las demandas básicas de los habitantes del lugar y nucleaba la "vida social". A su vez, la instalación del saladero en la zona, permitió canalizar el faenamiento de gran cantidad de animales, por lo que progresivamente las estancias de la región comenzaron a conectarse a través de los caminos de la zona, ya que evidentemente resultaba más beneficioso llevar los animales hasta el saladero de Meyrelles, que cruzar el río Salado, que no siempre permitía el paso.

   Futuros historiadores y a la luz de hechos posteriores, aseguran que Meyrelles fue una expresión del expansionismo brasileño. Es muy posible. Pero a sus ambiciones, se debe el caserío y a este caserío se debe que Mar del Plata se encuentre ubicada en el lugar donde está hoy día.

   Al comienzo, se enviaban a Buenos Aires solamente los cueros y la carne de los animales se tiraba en el campo, salvo la indispensable para comer. Sin embargo, en el año 1858, algo cambió. Comenzó a ser interesante la industria del tasajo. La carne reseca y salada, fue útil para alimentar a los esclavos de Brasil y aún a los de Cuba. También el sebo, la cerda y las astas, empezaron a comercializarse. De ahí, que luego de cuereados, los animales no quedaban tirados en el campo.

   El establecimiento instalado por Coelho de Meyrelles, no obtuvo el éxito ni el rédito esperado. Distintos factores influenciaban para que el saladero estuviese condenado a desaparecer.

   En primer lugar, el consorcio brasileño había sobredimensionado la cantidad de ganado cimarrón o alzado que había en el lugar, tal vez debido a la información suministrada  por el vendedor de las tierras, José Gregorio Lezama, lo que los obligó a comprar mayor cantidad de ganado para mantener el nivel de producción del saladero.

   En segundo lugar, si bien hasta 1887 el tasajo ocupaba un lugar de privilegio entre las exportaciones de carne junto con los animales vivos (48 %), las ganancias de los saladeros habían evolucionado en forma desfavorable desde principios de la década de 1830, como consecuencia de los procesos de liberación de los esclavos en Cuba y Brasil, por lo que era una actividad en decadencia. (Ver cuadro1).

   En tercer lugar, el costo del transporte siempre fue un obstáculo para el desarrollo del saladero de Meyrelles y sus posteriores dueños.

 
Años Exportación de tasajo
(en quintales)
Animales
sacrificados
1850 390.731 ---
1851 431.873 ---
1852 530.960 ---
1853 335.615 ---
1854 323.059 ---
1855 277.446 ---
1856 287.301 ---
1857 337.749 ---
1858 283.600 324.800
1859 492.342 551.000
1860 394.200 447.000
1861 322.105 353.000
 

(·) Referencia: Los datos corresponden a la producción total de tasajo del país ( 1 quintal = 100 kilos). FUENTE: Archivo General de la Nación, "Estadísticas inéditas", Daniel Maxwell, "Planillas estadísticas de exportación, años 1849-1862, X, 25-6-2.

   Bajo estas condiciones, sólo podían mantener sus márgenes de rentabilidad aquellos saladeros en condiciones de disminuir a niveles mínimos sus costos de transporte, para lo cual no sólo deberían cargar el tasajo en el propio lugar de producción, sino que para recuperar parte del flete del mismo, obligadamente las embarcaciones tendrían que llegar con la carga completa.

   A esto último aspiraba Coelho de Meyrelles cuando pensó en la construcción de un puerto (1). Si bien no siguió todas las indicaciones del mismo, construyó un muelle que les permitiera a las pequeñas embarcaciones que lo frecuentaban, cargar el tasajo producido en el saladero y traer las mercaderías que se podían vender en el almacén de ramos generales "La Proveedora" o los insumos necesarios para el funcionamiento del saladero.

   Este transporte de hombres y mercaderías, si bien se realizaba en forma más barata y rápida que por tierra, no tenía la importancia y capacidad de almacenaje suficiente como para no incidir en el costo final del tasajo, ni tampoco un mercado consumidor local, que compensase desventajas.  Resultaba difícil a este saladero, competir con los establecimientos más próximos a Buenos Aires.

      El consorcio brasileño finalmente se disolvió, asumiendo Coelho de Meyrelles todas las acciones del mismo.   Meyrelles enfermó y decidió vender el saladero y las estancias en septiembre de 1860.  Enfermo y endeudado, falleció en Buenos Aires en el año 1865 y su sucesión fue acusada de fraudulenta por los acreedores, en un juicio que se prolongaría por largos años (2).

   Patricio Peralta Ramos, Anacarsis Lanús, Eusebio Zubiaurre y Benigno Barbosa, constituyeron entonces una sociedad que se hizo cargo del saladero, con todas sus instalaciones, mientras que las tierras propiedad de Coelho de Meyrelles, se dividieron entre distintos hacendados. La estancia principal de Laguna de los Padres, quedó a cargo de Patricio Peralta Ramos y Benigno Barbosa.

 

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(1)- "Informe del Ingeniero Guillermo Bragge a José Coelho de Meyrelles, sobre el establecimiento de un puerto en la costa de la Laguna de los Padres", en "Documentos relativos al Puerto de Abrigo y Muelle en la costa del Sur". Bs. As.,1857, M. d. Plata, 1970, pp.11 a 21.

(2)- Archivo General de la Nación, "Testamentarías Coehlo de Meyrelles, José/Cernadas Natalio, Embargo. Leg. 4946

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