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CAPÍTULO 19

POLICÍA


 

Provincial

Bomberos

Federal


 

   POLICÍA PROVINCIAL:

   El Juez de Paz, con conocimiento del Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, concretó la primera dependencia para guardar el orden por esta zona, lo cual ya había sido previsto al fundarse el pueblo de Mar del Plata.

   Siete hombres -un sargento y seis soldados- compusieron la primera dotación policial asignada, con la creación de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el 13 de diciembre de 1880. La primera oficina policial se instaló en un cuarto al lado de la municipalidad, sobre la actual calle Hipólito Yrigoyen.

   El Coronel Julio Dantas, primer jefe de policía de la provincia, fue precisamente quien logró por decreto de pocos meses después -el 8 de noviembre de 1881-, la abolición del cepo y de los grillos, imponiendo con ello, una práctica de humanización de los procedimientos. Mar del Plata, cuyos pobladores, que hasta entonces habían vivido con la rudeza de la naturaleza, recibió su primera fuerza policial, ya constituida en la Institución, que aceleradamente ganaría prestigio en el país y aún en el extranjero, por su tecnificación al servicio de orden.

   El coronel Julio Dantas, retirado del Ejército Nacional por una herida recibida en la guerra de la Triple Alianza, estructuró el cuerpo a su cargo bosquejando una organización racional, que tuvo sostén principal, en su grupo de comisarios inspectores encargados de recorrer constantemente los alejados poblados de la provincia, para alcanzar coherencia en una tropa reclutada dificultosamente entre quienes se habían endurecido en la lucha contra los indígenas.

    Mar del Plata no estaba entonces entre los lugares que inquietaban al coronel Dantas. Cuando creyó contar con mayores elementos para fortalecer su Institución, con el otorgamiento de 10 nuevos cargos de subcomisarios, 10 de oficiales, 5 de sargentos, 5 de cabos y 150 agentes -a fines de 1881- se le impuso el servicio de vigilancia en las cárceles.

   Casi simultáneamente debió atender la creación de la Inspección de Policía de Frontera -regida por un comisario inspector y 5 subcomisarios- que habría de tener preponderante acción de apoyo en la campaña contra los indígenas, que para entonces constituían el mayor peligro para buena parte de la provincia.

   No obstante esta necesidad constante de alerta en armas que debía afrontar la flamante Institución, en La Plata comenzaba a florecer un distinguido núcleo de científicos y técnicos que, simbolizados en el sabio Juan Vucetich, dieron los cimientos de prestigio y efectividad a ese otro capítulo de la acción policial, que se desenvuelve, desconocido y silencioso, en los gabinetes criminológicos.

   Mar del Plata, no demandó esfuerzo policial hasta promediar la segunda década del siglo XX.  Ya se habían construido en la costa, mansiones ricamente amobladas que, en las temporadas de verano, albergaban a familias acaudaladas. El aumento de la delincuencia, exigió la llegada de los primeros refuerzos policiales y el acantonamiento de un piquete de bomberos, cuyos hombres garantizaban la tranquilidad y seguridad.

   La vestimenta policial de la primera época, era la burda de campaña y recién en el año 1910 se proveyó la vestimenta "oficial". Para verano, se utilizaba uniforme de pantalón y chaqueta de color blanco, con rígido cuello liso. Correaje con cinturón de hebilla plateada, con cadena que cruzaba la cintura hasta la empuñadura del espadín, hacia la izquierda y zapatos negros. El casco era prusiano, color blanco.  El uniforme de invierno, se transformaba en azul marino con llamativos botones blancos o dorados, según la jerarquía.

   Con estos uniformes, desaparecía la figura del antiguo funcionario reclutado de las milicias disueltas a medida que el desierto provinciano, se hizo pacífico. El "milico" dejó paso al policía.  Era nada más que un símbolo, porque con el nuevo uniforme aparecía también la Institución sólidamente constituida, con la cual había soñado el coronel Dantas en 1880.

   Mar del Plata, era aún -y por muchos años más- un pequeño pueblo de campaña, cuya población estable no creaba problemas mayores.  Y los que podían surgir con la siempre creciente llegada de veraneantes durante las temporadas, eran cubiertos por los piquetes de refuerzo, dispuestos por la Gobernación.

   Una sola comisaría, creada con la ciudad, el 10 de febrero de 1874, pero puesta en funcionamiento el 13 de diciembre de 1880, cuando llegaron un sargento y seis soldados, fue suficiente para mantener el orden y servir a la Justicia hasta 1937.

    Desde el año 1926, funcionaba en el edificio que aún ocupa hoy, la seccional 1ª, en Avda. Independencia entre San Martín y Rivadavia.  El 18 de junio de 1937 respondiendo a una necesidad impuesta por la extensión en superficie de la ciudad y considerando también la actividad que ya desplegaba el entorno del puerto, la Jefatura de Policía dispuso la creación de la seccional 2ª.  Contaba entonces con una extensa jurisdicción que desde la Avda. Colón cubría todo el sudeste del partido y para ello regía una subcomisaría -luego convertida en seccional 3ª-  y destacamentos en Chapadmalal, La Peregrina, El Boquerón y Santa Isabel.

    El 9 de mayo de 1946, el constante crecimiento poblacional y la pujante industria pesquera y turística que se desarrolló siempre con preferencia hacia el sur de la costa, obligó a crear la seccional 3ª, cuya jurisdicción partía de la Avda. Cincuentenario (Hoy Juan B. Justo).

    Dos años después, el 28 de agosto de 1948, en apoyo de la seccional 1ª -ya superada en su capacidad de trabajo por el incremento del turismo en la zona céntrica y un amplio sector comercial- fue creada la seccional 4ª, ubicada en la calle Alberti esquina Chile, con jurisdicción hacia el oeste, a partir de la calle San Juan.

   El 13 de mayo de 1951, fue inaugurada la subcomisaría Peralta Ramos, dependiente de la seccional 3ª.  En septiembre de 1959 para fortalecer el servicio de la zona del Casino, sea creó el destacamento Casino, dependiente de la seccional 1ª, instalado en un local del Hotel Provincial, sobre el Boulevard.

   Por nuevas exigencias sustentadas en la realidad urbana, ya en febrero de 1959, se había instalado el destacamento de Parque Hermoso -jurisdicción de la seccional 3ª-  y el 24 de mayo de 1959, se creó el de Sierra de los Padres, en jurisdicción de la seccional 4ª.

   Finalmente el 29 de octubre de 1966, se creó el Destacamento 9 de Julio y en 1980, la subcomisaría de Caisamar, ambas en la jurisdicción de la seccional 4ª.  Esto era necesario para atender el servicio de una zona densamente poblada, principalmente por la progresión industrial operada en esos años.

   Respondiendo a una necesidad funcional impuesta por la complejidad alcanzada por la infraestructura de la Institución, la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, creó el 20 de mayo de 1947, la IV Unidad Regional, con sede en Mar del Plata y cuyo primer jefe fue el comisario inspector Guillermo Dowyer.

   Con sede desde entonces en un sólido chalet ubicado en la esquina norte de Entre Ríos y Gascón, centralizó allí la administración operacional de los efectivos de seguridad correspondientes a los Partidos que integraban el Departamento Judicial de Mar del Plata.  Luego la institución policial de la provincia, dividió el mapa provincial en unidades regionales.  La jurisdicción de la Unidad Regional IV, se subdividía en 13 comisarías y 9 subcomisarías, además de los destacamentos y puestos destacados.

   En esa época, las últimas necesidades de estratégica funcional, motivó la división del mapa policial de la provincia, en dos zonas: la Metropolitana, con sede en La Plata y la Interior con sede en Tandil, dependiendo Mar del Plata de ésta última.

   A este organigrama de la fuerza de seguridad, se agregó la de la Dirección de Investigaciones, que diseminó en la provincia 13 Brigadas, una de las cuales -La Brigada de Investigaciones IV Mar del Plata- tenía sede en la calle Mitre 2739, dependiente de la zona Interior de Tandil.

   La importancia alcanzada por Mar del Plata y su amplia zona de influencia, su heterogéneo núcleo poblacional estable y circulatorio, la radicación de instituciones del Estado, de empresas y comercios con importantes patrimonios y una permanente y activa vida social, fué objeto de constante preocupación por parte de las autoridades del Ministerio de Gobierno y Jefatura de Policía, para ofrecer un eficiente servicio que garantizaba el orden y la seguridad.

   Un Comando Radioeléctrico, dependiente de la Unidad Regional IV, con sede en la esquina sur de Laprida y Tucumán, equipado con modernas unidades móviles enlazadas a un moderno sistema de comunicaciones, constituyó una de las exteriorizaciones más reconocidas por la comunidad.  Es que asumió la representatividad de la presencia policial en la calle, merced a la característica propia impresa a su función y a la agilidad con que la cumplían.

   Y esta efectividad del contacto directo del Comando Radioeléctrico con la población, a la que sirvió y a sus problemas, no fue más que el fruto de la coordinación de la labor de otros muchos funcionarios que anónimamente ofrecían su vigilia coherente con la misión de prevenir y reprimir el delito.  Estas posibilidades operativas contaban con un sofisticado y siempre modernizado equipamiento, que demandaba día a día nueva capacitación de los funcionarios.  Teléfonos, teletipos y radios, sistemas de facsímil (para transmisión de impresiones digitales, fotografías y textos), equipos de revelado automático, radares, grupos electrógenos, radioestaciones fijas, móviles y portátiles, laboratorios, moderno armamento y gabinetes de criminalística, peritajes, análisis, identificaciones, dibujo, dactiloscopía, modus operandi, dotados de elementos tales como el cromatógrafo de capa fina para determinaciones de alcaloides, barbitúricos y otros pigmentos o el espectrofotómetro de rayos infrarrojos (ultra) o de zonas visibles ultravioleta, el comparador de proyectiles y laboratorios rodantes, son parte de un patrimonio, que reclamó la avanzada de una criminalidad heterogénea y siempre ávida y solapada en su azote a la sociedad.

   La policía de la Provincia de Buenos Aires -con justificado prestigio ganado en el país y aún fuera de él- no descuidó la capacitación de sus hombres a sabiendas de que de nada valdrían los adelantos técnicos si los hubiera puesto en manos de un grupo humano sin la formación espiritual e intelectual conveniente.

   La formación de esos hombres se hacía en la Escuela Superior para jefes y oficiales:  la Escuela "Juan Vucetich", para el ingreso, preparación y formación de los futuros oficiales.

 

   BOMBEROS:

   El Cuerpo de Bomberos, fue creado en La Plata el 6 de septiembre de 1887 y su primer jefe fue el capitán Pedro Bertón.

   En Mar del Plata, una nota de redacción protocolar, constituye el más antiguo antecedente de una solicitud para la instalación del Cuerpo de Bomberos en la ciudad:

 

"Siendo necesario evitar en lo posible los efectos que pudiera ocasionar un incendio en el balneario, tengo el agrado de dirigirme a Ud. manifestándole la conveniencia que habría en establecer a ese efecto, un destacamento del Cuerpo de Bomberos de la Provincia, proveyendo los materiales necesarios."
(Fuente: "Libro Diamante Histórico y Periodístico", L.C. 75º aniv.).

 

   Esta invitación, que tenía el sentido de una advertencia, hizo que -al menos temporariamente- durante los veranos de principio del siglo XX, un piquete de bomberos que no superaba los 25 hombres, se estableciera en Mar del Plata débilmente pertrechado, para ofrecer su servicio a la colonia de familias visitantes en torno a las cuales giraban todas las preocupaciones oficiales, en aquellos años.

   Luego de unos años, el Destacamento de Bomberos para Mar del Plata fue creado en 1922, pero recién se instaló en forma efectiva al año siguiente, el 23 de mayo de 1923.

   Su cuartel se ubicó primero en Mitre y 3 de febrero, al borde de los montes que cubrían la loma de Santa Cecilia. Luego se trasladó a Catamarca y 25 de Mayo y años más tarde, a la calle Patagones (hoy San Juan) y Rivadavia.

   En el año 1949, se trasladó a un amplio edificio ubicado en la Avda. Constitución entre Derqui y Mármol y finalmente se instaló, en un nuevo y moderno edificio propio -que es su sede actual-, en la calle Salta entre Falucho y Gascón. Dicho edificio propio, fue inaugurado el 5 de octubre de 1973 y hoy día se denomina Cuartel Central de Bomberos.

   A este cuartel, se fueron sumando, aplicando una distribución estratégica de óptimos resultados, el destacamento  zona Puerto, que inició su labor el 11 de mayo de 1966, funcionando en la calle Pescadores 456 y el destacamento zona Alvarado, constituido el 6 de enero de 1967 y se ubicó en las calles Victoriano Montes y Garay.

 

   POLICÍA FEDERAL:

   Mar del Plata, convertida con el transcurso de los años en sede de innumerables dependencias del Estado Nacional, de Bancos oficiales, instituciones nacionales, unidades de las tres Fuerzas Armadas y un tráfico ferroviario y portuario cada día más intenso, demandó la presencia de una fuerza policial específica. Así fue, que el 13 de enero de 1948 se constituyó en Mar del Plata una subdelegación de la Policía Federal Argentina, que funcionó en el local nº 63 de la Rambla Casino.  Su jefe fue el comisario Juan Ramón Pérez Algaba, secundado por el subcomisario Jaime Suárez.

   La importante y amplia actividad desplegada en aquella dependencia, hizo que el 3 de octubre de 1951, se constituyera en Delegación, trasladándose al edificio de la calle Moreno 2445.  Allí funcionó hasta el 21 de mayo de 1973, fecha en la cual se trasladó a su actual sede ubicada en la calle Sarmiento 2551.

   La Delegación Mar del Plata de la Policía Federal Argentina, tiene bajo su jurisdicción a varios partidos de la provincia de Buenos Aires.

   Proveer a la defensa de la seguridad y el patrimonio del Estado Nacional, es la función específica de esta Delegación que además, cumple un importante servicio a la comunidad, en la expedición de documentos de identidad, pasaportes y certificados de viajes.

   Estrechamente vinculada a las Fuerzas Armadas, de Seguridad y policiales, aporta su potencial humano y técnico, como auxiliar de la justicia, tutelando el orden público, la seguridad y normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado Nacional y la libertad y goce de los derechos de las personas.

   La presencia de la Policía Federal Argentina a través de su Delegación Mar del Plata, dejó marcado su paso, siendo una de las más antiguas y sin dudas también, una de las más adelantadas del mundo, a lo largo de su rico historial de 180 años, hasta la fecha.

   Sus lejanos antecedentes se remontan hasta el decreto del 24 de diciembre de 1821, dictado por Bernardino Rivadavia, con el cual, haciendo anular a los Cabildos "por contrarios a la representación provincial e ineptos en el nuevo orden de la República", creó los Jueces de Paz y la Jefatura de Policía, con 6 comisarios para la capital y ocho para la campaña, dependientes del gobierno central.

   Joaquín de Achaval, ex-regidor del Cabildo a cargo de la jefatura de la policía, constituyó su despacho en lo que había sido el Seminario Conciliar, al lado del Cabildo.  Allí funcionó la policía hasta el año 1888 fecha en la cual inauguró su sede de la calle Moreno 1550 de Buenos Aires.

   Hasta entonces registró constantes progresos.  En el año 1877 se le anexó el cuerpo de bomberos y al año siguiente, 1878, puso en funcionamiento sus primeros teléfonos y creó sus Regimientos de Policía Rural.

   Sin embargo, muy pronto, Buenos Aires se separaría de la provincia y con esta novedad institucional, la policía fundada por Bernardino Rivadavia, pasó a llamarse "Policía de la Capital".

   En sus más altas jerarquías figuraron nombres reconocidos, tales como: Marcos Paz, jefe desde 1880 a 1885; el famoso escritor José S. Álvarez (Fray Mocho), jefe de la Comisaría de Pesquisas, en 1890; el coronel Ramón L. Falcón, creador del Cuerpo de Cadetes y asesinado junto a su secretario Lartigau por un ácrata en 1909, (acracia: doctrina que niega la necesidad de un poder y de una autoridad política./ Anarquía); el político Elpidio González, jefe desde 1919 a 1921 y Juan José Graneros, quien de soldado distinguido de Bomberos en 1893, escaló a la jefatura de la institución, para ejercerla desde 1928 hasta la revolución de septiembre de 1930.

En el año 1943, se proyecta la creación de delegaciones en el interior del país y por decreto del 24 de diciembre de 1943, forma su actual estructura, con su nueva y definitiva denominación de Policía Federal Argentina.

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