CAPÍTULO 26

CONFLICTOS OBREROS

 

Sindicatos

Conflictos


 

SINDICATOS OBREROS:   

   Los sindicatos obreros, también tuvieron sus propias formas de expresión ante los patrones y el Estado, como forma de mejorar las condiciones de trabajo y modificar a favor de los obreros, las reglamentaciones sobre las jornadas de trabajo, las indemnizaciones en caso de accidentes, la jubilación, el salario mínimo, vital y móvil y las vacaciones pagas.

   En Mar del Plata, en el año 1915, los gremios aún no estaban consolidados y solo algunos de ellos se afiliaban a la Federación Obrera de la República Argentina (FORA), asociación gremial nacional que en sus estatutos se identificaba con el anarquismo.  Años más tarde, otros gremios se agruparían junto a la Unión Sindical Argentina (USA).

   Estos gremios apenas tenían fuerza frente a las patronales, sin embargo, hubo momentos que se unieron en solidaridad con otros conflictos como por ejemplo, en la huelga de los obreros de los talleres Vasena (la Semana Trágica).  Los gremios marplatenses pararon durante 48 horas, siendo reprimidos por la policía.  Durante este episodio algunos de sus dirigentes fueron excarcelados en Bahía Blanca y en otras localidades y a los extranjeros se los deportó a sus países de origen.

   El caso de los obreros anarquistas italianos Sacco y Vanzetti, condenados a muerte en los Estados Unidos, fue otro motivo para mostrar la solidaridad obrera.  Se realizó un paro por 48 horas que paralizó la ciudad, por lo cual y través de estas movilizaciones, el movimiento obrero alcanzó conciencia de su propia fuerza.

   No obstante, estos gremios adquirieron fuerza real, recién a fines de la década de 1930 cuando se consolidaron dos centrales obreras locales: la delegación de la "Confederación General del Trabajo (CGT)" y  la "Unión Obrera Local (UOL)".

   La delegación de la Confederación General del Trabajo, en los hechos reales, era dirigida por el gremio más importante adherido a ella: el "Sindicato Obrero de la Construcción, cuya dirección estaba vinculada al partido comunista.  Ellos entendían que era necesaria la definición política de un sindicato y además pugnaban para que los conflictos laborales fueran mediados por el Estado, a través del Departamento de Trabajo.

   En la Unión Obrera Local, su dirección estaba compartida por elementos anarquistas y algunos socialistas.  Esta Unión reunía a todos aquellos gremios que se declaraban "autónomos", es decir, que desconocían las Centrales Obreras de Buenos Aires, no admitían la política partidaria dentro de los gremios y tampoco consideraban necesario que el Estado interviniera en las negociaciones laborales con las empresas.  Al mismo tiempo, hubo gremios que no se agruparon dentro de estas centrales, pero que generalmente se solidarizaron con ellas o tomaron medidas en conjunto.

   Casi toda la década de 1940, los sindicatos presionaron a la Secretaría de Trabajo o a las propias patronales, para mejorar sus propias condiciones de trabajo.  Durante este decenio fueron constantes los paros o huelgas por tiempo indefinido; en algunos casos paralizando cerca de un mes a la ciudad.  Algunas conquistas fueron obtenidas, pero tuvieron su costo: trabajadores y dirigentes fueron perseguidos y encarcelados.

  A partir del año 1946, se abrió una disputa entre la CGT, apoyada por el gobierno peronista y las centrales locales, en particular la UOL que respondía a gremios anarquistas.  La CGT intentó afiliar a los obreros en sindicatos paralelos, aunque no logró una respuesta masiva.  Al mismo tiempo, la Secretaría de Trabajo y Previsión, prohibió las reuniones y asambleas de los gremios locales y en algunos casos, persiguió a sus dirigentes.  En el año 1947, se acusó a la UOL de desacato a la figura del presidente Perón y se clausuró su sede, multándola con $ 100.000.-.   Al no poder hacer frente al pago de la multa, permaneció clausurada hasta septiembre del año 1955.

   A partir de esta fecha, la UOL va perdiendo fuerzas e importancia frente a otras organizaciones sindicales.   En la década de 1960 los sindicatos, proscripto el peronismo, tuvieron fuertes disputas con el gobierno municipal socialista, con el gobierno provincial y nacional.   La CGT representaba el lugar de la resistencia a la proscripción del peronismo.

   A pesar de todo, la CGT fue la única que sobrevivió a las distintas presiones ejercidas por los gobiernos y los empresarios.   En la década de 1970, la CGT vuelve a tomar vuelo, especialmente por la oxigenación de sus dirigentes en los cargos medios.

   En las elecciones del año 1973, la central obrera local dio su apoyo al partido peronista, cediendo su local para las reuniones partidarias.

  También, las 62 organizaciones (se le llamó así porque reunía 62 sindicatos) filial Mar del Plata, se pronunciaron a favor de la lista del FREJULI.   Uno de los gremios más conflictivos, era el sindicato de la UTA.   En octubre del año 1973, se produjeron tiroteos entre grupos antagónicos del mismo sindicato.   El resultado fue la muerte de su secretario.

   El golpe militar del año 1976, encarceló a algunos miembros de la cúpula cegetista y reprimió a los dirigentes más comprometidos con los trabajadores.   La actitud de la burocracia sindical que se había alejado de las bases obreras, produjo que en la década de 1990, esta Central sufriese fracturas.   La principal de ellas, fue el "Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA)".   Al mismo tiempo, durante el gobierno menemista, la libre elección de las obras sociales por parte de los trabajadores y la alta desocupación, ayudó al debilitamiento de la CGT.

   Sin embargo, la desfavorable situación de los trabajadores permitió que ambas centrales obreras, compartieran la acción común en reclamo de los derechos amenazados y que coincidieran, junto con los partidos políticos opositores, en un apagón y dos paros generales masivos contra el gobierno nacional de Menem.

 

   CONFLICTOS:   

   En el año 1903, se conforma en Mar del Plata la primera asociación de trabajadores, que fue la del gremio de "Carpinteros y Ebanistas", a la que le siguió la de mozos y cocineros bajo el nombre de "La Marplatense".  Luego lo hicieron los demás gremios.

   Uno de los primeros conflictos entre obreros y patrones, fue el de los albañiles, en septiembre de 1917, por aumento de jornal.   También en el mismo año, los gremios adheridos a la Federación Obrera de la Región Argentina (FORA), constituida por panaderos, pintores, carpinteros y anexos, albañiles y peones, picapedreros, cloaquistas y  carreros de transportes, decidieron realizar un boicot contra la panadería "La Central", por el despido arbitrario de algunos obreros.  Se llamó a todos los trabajadores conscientes, a no consumir los productos de dicha panadería.   Este boicot, se prolongó varios días hasta que los obreros fueron reincorporados.

   En el año 1918, se realizaron varios paros por aumento de salarios, entre ellos los bañeros, los obreros municipales y los herreros.   En enero del año 1919 y a raíz el conflicto en los talleres Vasena de Buenos Aires, conocido con el nombre de "Semana Trágica", los gremios locales decidieron realizar una huelga por 48 horas en solidaridad con los obreros de aquella ciudad.   Hubo manifestaciones que partieron desde la sede de los sindicatos en la calle Rivadavia entre Independencia y Salta.   Los huelguistas fueron reprimidos por la policía y alojados en una cancha de pelota de las inmediaciones.   Enseguida fueron trasladados a diferentes puntos: unos a bordo del buque San Martín, que se encontraba en el puerto local y los responsables del movimiento, fueron enviados a la cárcel de Bahía Blanca.   En cuanto a los que eran extranjeros, fueron deportados a sus países de origen.

   Si bien existían asociaciones, no se lograba formar una central obrera fuerte, que representara a la mayoría de los gremios y pudiera reclamar con mayor fuerza mejores condiciones de trabajo.   Hacia fines de la década de 1930, estas asociaciones lograron consolidarse formando sindicatos por oficios y al mismo tiempo, se agruparon en dos grandes centrales obreras: la Unión Obrera Local (UOL) y tiempo más tarde la C. G. T.

   Consolidados en las centrales obreras, los trabajadores realizaron durante la primera mitad de la década de 1940, numerosas huelgas y paros, por tiempo indefinido y en reclamo por mejores condiciones laborales.   Estos conflictos se extendieron desde unos pocos días hasta meses y en muchos casos se paralizaba la ciudad, pues cada gremio se solidarizaba con las demandas de los otros y se sumaba al paro.   También se realizaban habitualmente concentraciones frente a la sede de la Unión Obrera Local (UOL), instalada en la Biblioteca Popular Juventud Moderna, donde los gremios informaban diariamente, el estado del conflicto.

   Estos gremios gracias a la lucha de sus trabajadores, lograron grandes conquistas: la jornada laboral de 8 horas para los adultos y de 6 horas para los menores, el pago de la indemnización en caso de accidente o despido, el pago de la jubilación en algunos gremios, la abolición del trabajo a destajo, el pago de horas extras, el sábado inglés y el descanso dominical.

   Sin embargo, los conflictos gremiales continuaron.   A fines de la década de 1940, la UOL fue clausurada por el gobierno peronista y la mayoría de los sindicatos se alinearon en la Confederación General del Trabajo (CGT).

   A finales de la década de 1950, apareció una nueva figura: la intervención de los gremios.   Terminado el verano de 1959, los bancarios declararon la huelga en todo el país por aumento de sueldo.   La filial marplatense también se plegó al paro que duró más de cuatro meses y contó con la solidaridad de los demás sindicatos, logrando la paralización de la ciudad con paros de 48 horas.   Los bancarios resistieron intervenciones, detenciones y cesantías. Los detenidos fueron trasladados prisioneros a la Base Naval de Mar del Plata.

   A fines de 1959, también la Unión Obrera de la Construcción fue intervenida, lo que despertó la reacción de los obreros.   En los primeros días de enero de 1960, fue convocada una asamblea donde se desconoció a las autoridades interventoras y se pidió por la libertad de trabajadores presos y por aumento de los salarios.   En pocos días fue tomada por asalto la sede de la Unión Obrera de la Construcción, culminando en un grave hecho donde intervinieron, la guardia de infantería, los bomberos y la caballería, que dejó como saldo algunos heridos de bala.   Al día siguiente de la contienda, los obreros realizaron un paro total de las actividades que se prolongó por tres días.

   Durante la década de 1960, otro de los temas conflictivos y de lucha, estuvo relacionado con el quite de logros tales como el derecho a huelga, la estabilidad del trabajo y la movilidad de la indemnización por despido.   En el año 1966, la C.G.T. central y regional, en vistas que el gobierno nacional tenía intenciones de modificar algunas leyes referidas a estos temas, llamó a un paro general, que contó con la adhesión de numerosos gremios locales y nacionales.   Hacia fines de la década de 1960 el descontento social era generalizado, agravado más aún por la crisis económica.

   La crisis y los conflictos alcanzaban a todos los sectores.   Parecía que la vuelta a la democracia en 1973, acabaría con todos los problemas.   Pero no fue así.   En marzo de ese año se sumaron a los conflictos gremiales, la devaluación, el incremento de tarifas y de precios de los artículos de primera necesidad y la prohibición de la actividad política en todos los ámbitos.

   Después de la muerte de Perón, el 1 de julio de 1974, la situación se agravó.   Amenazas, atentados, secuestros, detenciones y crímenes, estaban a la orden del día.   El Poder Ejecutivo había comenzado la lucha contra la delincuencia subversiva, siendo su mano armada la policía y las fuerzas armadas.   El gobierno desconoció la ley y la justicia, amparándose en que crecía la ola de violencia en todo el país.

   En el año 1976, el gobierno democrático fue derrocado por la Junta de Comandantes, que estableció el estado de sitio en todo el territorio de la Nación.   Comenzó un período donde los nuevos gobernantes, suspendieron las actividades políticas y gremiales para asegurar la paz interior y la unidad, terminar con el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo.

   Así transcurrió el final de la década de 1970 y el inicio de la de 1980.   En diciembre de 1983, se volvió a tener voz y voto y los marplatenses -como todos los habitantes del país- recibieron a un nuevo gobierno democrático.

   Se rearmaron los sindicatos y los partidos políticos, pero el nuevo gobierno tampoco pudo solucionar los desajustes económicos, especialmente, la gran deuda externa y la inflación.   El tiempo de conflictos comenzó nuevamente.

   Para junio del año 1989, finalizado el período presidencial de Raúl Alfonsín, la situación socio-económica era incontrolable  en todo el país.   La suba desmedida de los precios, provocó el descontrol de la gente, temerosa de no poder abastecerse de los artículos de primera necesidad.   Esto desató una ola de agitaciones.   

   La preocupación en Mar del Plata, no fue solamente por la ola de agitaciones, sino por la extremada pobreza que se observaba en los barrios periféricos.   Pronto, la sociedad marplatense respondió: el Sindicato de Estibadores rurales, donó un camión de verduras y hortalizas, la Cámara de Fruteros, El Amanecer, los grandes supermercados marplatenses y otros tantos, donaron comestibles que, en acción conjunta, con la Cruz Roja y la Municipalidad, se distribuían.   Esto no era suficiente, se debieron armar ollas populares en los barrios mas carenciados (Santa Rita, Florentino Ameghino, Fortunato de la Plaza y Regional), para alimentar a niños, mujeres embarazadas y ancianos.

   Este desorden económico vino acompañado de una serie de despidos y suspensiones laborales que agravaron la situación y afectaron a miles de trabajadores.   En algunos casos, se implementaron paliativos tales como ayudas salariales de emergencia, pero no bastaba para dar solución a los problemas.

   En medio del caos, en 1989 Carlos Menem asumió como nuevo presidente constitucional y anunció que iba a matar a la inflación.

   Comenzó una nueva etapa de modernización del Estado, la privatización de las empresas estatales afectó a los trabajadores de Mar del Plata: YPF, ENTEL, Aerolíneas Argentinas y  Gas del Estado, provocando numerosos despidos.   Muchos de estos trabajadores marplatenses con sus pequeñas indemnizaciones invirtieron en polirrubros, remises o en la compra de una licencia de taxi.   Pero la saturación del mercado en estos rubros, causó la quiebra de muchos de estos nuevos propietarios.

   También se quiso privatizar la educación y la salud.   Las huelgas de los maestros al comenzar el ciclo lectivo y de los profesionales y empleados de la salud, impidieron que se concretara este proyecto.   Pero el presupuesto para las escuelas y los hospitales marplatenses, se redujo cada vez más, por eso los paros se repitieron año tras año, por mejores condiciones salariales y una infraestructura adecuada al crecimiento de Mar del Plata.

   Las conquistas obtenidas con gran esfuerzo por parte de los trabajadores y que parecían inamovibles, sin embargo, en los años noventa, son cuestionadas por el gobierno de Carlos Menem, tildándolas como privilegios de los obreros.   A pesar de las protestas de la población en general, los derechos del trabajador se van perdiendo en pos de la llamada "flexibilización laboral".   Se ha vuelto a la jornada de 10 a 12 horas diarias de trabajo, al no pago de horas extras, a trabajar los sábados a la tarde y los domingos.   Y los trabajadores por miedo a perder sus trabajos, se callaron la boca y acataron con pasividad tal situación.  El gobierno de Carlos Menem destruyó en forma casi total, las conquistas obtenidas por los trabajadores a través de muchos años de luchas y sacrificios.

   El flagelo de la desocupación, la paralización del puerto y la quiebra de muchos comercios, es lo que a fines del siglo XX caracterizan a la sociedad de Mar del Plata.

ÍNDICE

 

 

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