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CAPITULO 6

PRIMEROS VISITANTES

  
   El primer visitante fue don Juan de Garay (ver "Descubrimiento").

   Con los años, el "Wager" uno de los barcos ingleses dedicados al saqueo de las colonias ultramarinas de España, fue uno de los seis corsarios enviados el 18 de septiembre de 1740 por el Almirantazgo inglés, bajo el mando del Comodoro Hanson, rumbo al océano Pacífico. Luego de muchos meses de navegación, naufragó en la costa chilena, a unas 200 millas al sur de Chiloé, el 14 de mayo de 1741. Gran parte de la tripulación llegó a tierra, rescatando luego restos del barco.

   El carpintero Cummins, trabajó durante cinco meses y con la ayuda de sus compañeros construyó una especie de lancha-goleta.  Esta pesaba alrededor de 23 toneladas y tenía 18 metros de eslora.  Su construcción fue bastante precaria, pero como era preciso salvarse y no morir en esas tierras desoladas, cincuenta y nueve marinos se embarcaron en la nave, a la cual pusieron el nombre de "Speedwell" y en un bote auxiliar iban otros 12 hombres.  Se disponían llegar a Brasil, país amigo de Inglaterra. Pero algunos, como Byron, abuelo del poeta, prefirieron quedarse en Chiloé. Fueron doce los que tomaron esta decisión.

   En el "Speedwell", los cincuenta y nueve hombres iban hacinados.  Apenas tenían alimentos.  La travesía del Estrecho de Magallanes les llevó 45 días.  Casi desnudos y hambrientos, los marinos morían de frío.  La extraña goleta, aún así, estaba demasiado cargada y los más fuertes, que querían sobrevivir, abandonaron a doce de sus compañeros que iban en el bote auxiliar, en la costa del sur argentino. No se tuvo mas noticias de éstos. La tripulación siguió sufriendo toda clase de privaciones. Lo revela así la constancia registrada en el libro de navegación el miércoles 6 de enero de 1742, día en que falleció el contador Mister Thomas Harvey. Dice así: "Murió hecho un esqueleto por falta de comida.  Este caballero es, probablemente, el primer contador de la Armada que ha muerto de hambre".

   En Puerto Deseado los restantes se aprovisionaron de agua y cazaron lobos marinos.  Mar adentro navegaron el Atlántico Sur.  Cerca de 20 días después, llegaron frente al actual Cabo Corrientes.

   El cronista de a bordo recordaría: "Nos enajenamos de alegría al ver una tierra agradable y deliciosa. No tenemos nada que comer mas que foca hedionda. Y aún eso la tienen veinte de los cuarenta y tres hombres que viven.  No hay mas de quince que puedan mantenerse en pié".

   Referencias históricas inobjetables, hacen saber que el 12 de enero de 1742 llegaron a nuestras costas y ocho de sus  tripulantes utilizando una balsa improvisada, llegaron a la costa en busca de agua y alimentos.  Los atrajo la cantidad de lobos marinos y caballos.  La describieron así: "Punta baja y arenosa, continuada unas tres leguas mar adentro rumbo sudeste, por un banco...".  El mal tiempo demoró el regreso de éstos al barco y entonces la goleta "Speddwell" siguió viaje abandonando a su suerte a los ocho marineros.   No eran tiempos propicios para pensar en los demás.  Ya habían abandonado a doce; ocho más no interesaba y siguieron hacia Brasil. Los nombres de los marinos abandonados fueron:  Guy Broadwater, Samuel Cooper, Benjamín Smith, John Duck, Joshua Clinch, John Andrews, John Allen e Isaac Morris.

   Un estrecho barranco que techaron con una ramada les sirvió de refugio. Lograron agua fresca y se alimentaron con lobos marinos. Realizaron dos intentos para trasladarse a Buenos Aires, malogrados el primero por falta de agua potable y el segundo por la creciente de los arroyos de la zona. Broadwater y Smith fueron asesinados y Clinch y Allen desaparecieron.

   Los cuatro restantes fueron sorprendidos por indios que realizaban un arreo de caballos.  Duck, mulato nacido en Gran Bretaña, fue vendido como esclavo en la frontera cordobesa.  Los otros tres marineros ingleses, después de corto cautiverio, fueron entregados en Buenos Aires mediante rescate del encargado inglés de asiento de negros en Río de la Plata.

   Así finalizó la verdadera odisea de los tripulantes del barco corsario inglés que encalló en Cabo de Hornos, figurando ocho de ellos, como los primeros visitantes en playas marplatenses. 

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