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CAPÍTULO 17

POLÍTICA


 
 
Inicios Socialismo Radicalismo
Conservadorismo Peronismo Década 1930-1950

 

INICIOS:

   En los años iniciales de Mar del Plata, ya fundado el núcleo urbano en 1874 y luego con la creación del partido de General Pueyrredón en 1879, las características del sistema político, sus formas de funcionamiento y la trama de relaciones, presentan una serie de interrogantes.  Estos hacían principal referencia a la institucionalización de los mecanismos que permitieron a los sectores dirigentes, la constitución de un aparato estatal a nivel municipal y la práctica efectiva del poder.

   La instalación de las primeras autoridades municipales, se efectuó en el año 1881 y a partir de allí, el nuevo Partido fue conformando su organización política.

   Inicialmente estuvo compuesta por dos poderes: el Ejecutivo y el Legislativo.  El primero representado por el Juez de Paz y el segundo por la Corporación Municipal, ente colegiado integrado por cuatro miembros, uno de los cuales ejercía la Presidencia.  Durante el período 1881/6, la presidencia de la Corporación Municipal, estuvo desempeñada por el Juez de Paz, con lo que éste reunía una triple función: Ejecutiva, Legislativa y Judicial. (FUENTE: Archivo Histórico de la Prov. de Bs. As., Actas de sesiones. 1881/6).

   Esta estructura, impuesta por el gobierno provincial, se mantuvo sin modificaciones hasta 1886, año en que se sancionó una nueva "Ley Orgánica Municipal".  De allí en más, los miembros del Consejo deliberante, fueron elegidos mediante el voto popular, reservándose el Poder Ejecutivo provincial la facultad de designar al Intendente del Municipio. (Ley 1810 Orgánica de las Municipalidades, 1886, Capítulo 1).

   En realidad la Ley Orgánica de 1886, establecía que el Intendente debía elegirse indirectamente, hasta que Fortunato de la Plaza, en el año 1890, logró que el gobierno provincial diera autonomía electoral al Municipio, tal cual se vio en el Capítulo 16.

   Los primeros pasos de la política en Mar del Plata, recién se dio en el año 1906. Se formaron dos agrupaciones políticas locales, aunque eran apoyadas desde la Provincia o la Nación.  Una se denominó "Partidos Unidos" y tenía como candidato a Intendente a Fortunato de la Plaza.  La otra agrupación era el "Comité Mar del Plata" cuyos candidatos eran Miguel A. Martínez de Hoz y Domingo Heguilor.

   Estas agrupaciones, sólo se reunían para los períodos electorales.  Además, no eran partidos políticos como los actuales, es decir, con una estructura permanente de militantes y con reuniones durante todo el año.

   Las reiteradas intervenciones de la Provincia en la Municipalidad de Gral. Pueyrredón, llevaron a que en el año 1911, se organizara un movimiento social de protesta llamado "Junta Popular de Resistencia a los Comisionados", integrada por socialistas, radicales y algunos conservadores.  Su objetivo era lograr la autonomía municipal y la elección de sus autoridades a través del voto universal.

  

   EL SOCIALISMO: 

   En el año 1907 se formó en Mar del Plata, el "Centro Socialista" que respondía al partido del mismo nombre, fundado en Buenos Aires en el año 1894, por el Dr. Juan B. Justo.  Pese a las divisiones que sufrió a nivel nacional, permaneció unido en el ámbito local.  Recién en el año 1927 se fragmentó, constituyéndose un comité del "Partido Socialista Independiente", opuesto a la conducción de Teodoro Bronzini, Intendente de la ciudad y líder del partido.  Esta división anunció otras que se fueron produciendo en el socialismo, aunque generalmente más radicalizadas, como los casos del  "Partido Socialista Argentino" y del "Partido Socialista Popular".

   El Partido Socialista se caracterizó, a diferencia de los otros grupos políticos, por la organización y disciplina de sus miembros y por la importancia que le asignaban a la plataforma política.  También apelaban a la necesidad de educar a las masas trabajadoras, para lograr el mejoramiento y defensa de sus derechos.  A diferencia del anarquismo, los socialistas eran partidarios de la participación electoral y de la defensa de la Constitución.  Se oponían a la violencia o a la revolución, a través de la huelga general e indefinida.

   Los socialistas, en general y en particular los socialistas marplatenses, formaron desde un comienzo, un partido político moderno que utilizaba la propaganda durante las campañas electorales.  La publicidad de la plataforma que, los demás partidos políticos no tenían, expresaba los logros que se proponían obtener, las mejoras para la ciudad y los recursos con que contarían para realizarlas.  Esto les permitía (a diferencia de sus opositores), que el pueblo fuese quien fiscalizara el cumplimiento de lo prometido y de esta forma, buscaban obtener la confianza del electorado.

   Otro elemento importante en la consolidación del Partido Socialista (PS), fue la creación de un periódico semanal -luego de circulación diaria- llamado "El Trabajo".  A través de él, denunciaron los fraudes y la mala administración de la Comuna cuando estuvo en manos de Comisionados  -conservadores o peronistas-  y también los intentos de la oposición de desplazar al socialismo de la Municipalidad.  Además del periódico, organizaron conferencias culturales y actividades recreativas.

   El socialismo recurrió a los actos públicos, para consolidar su presencia en los barrios y zonas rurales.  Los disertantes, no sólo eran marplatenses sino que participaban las principales figuras nacionales, como el Dr. Juan B. Justo, el Dr. Alfredo Palacios (primer diputado nacional por el socialismo en toda América latina), Juan Antonio Solari, Américo Ghioldi y Enrique Dickman, entre otros.

   Las campañas políticas en tiempos de elecciones se lanzaban en Mar del Plata, primeramente en la Plaza Rocha y luego en la esquina de San Martín y San Luis.

   En el año 1920, ganaron por primera vez las elecciones con el 55 % de los sufragios, eligiendo Intendente a Teodoro Bronzini y llegaron a obtener el 88 %  en la siguiente elección.  A partir de esto, los socialistas  tuvieron una fuerte influencia sobre los marplatenses, especialmente sobre los trabajadores.  Este apoyo de la clase obrera, llevó a que los radicales ilegítimos y los conservadores, los denunciaran como peligrosos.

   El marcado laicismo del Partido Socialista y la relación de muchos de sus miembros con la masonería, también generaba fuertes roces, ya que contrastaba con el catolicismo de los veraneantes y de los grupos acomodados de la ciudad.

   El momento de mayor tensión entre socialistas y conservadores, se produjo con la repercusión de los sucesos que la "Semana Trágica" tuvo en la ciudad.  Los trabajadores locales se solidarizaron con los obreros porteños, lo que ocasionó que el brazo local de la Liga Patriótica (militantes de extrema derecha), la policía y la marina, se unieran en la represión a los obreros marplatenses, arrestando y torturando a dirigentes (e incluso concejales) socialistas, que habían participado de las protestas pacíficas.

   El segundo pico de tensión, se produjo con la elección del primer Intendente del Partido Socialista, en el año 1920.  Los ediles radicales renunciaron a sus bancas para forzar la intervención de la Provincia.  La maniobra, solo favoreció a los socialistas, dado que los vecinos locales se movilizaron en defensa de sus autoridades y de la autonomía municipal.  Esto permitió asegurar el crecimiento del partido y el rechazo a las intervenciones desde la Provincia.  Si el socialismo se mantuvo al frente de la Comuna hasta el año 1929, se debió al amplio apoyo popular que consiguieron en cada elección.

   La preocupación por las cuestiones sociales, marcó la acción del Concejo Deliberante durante la hegemonía socialista.  Se preocuparon por el abastecimiento de alimentos y sus condiciones higiénicas, la protección del trabajo, la realización de obras públicas para los sectores populares, la disminución de los impuestos al consumo masivo, la municipalización de los servicios públicos como el transporte, la recolección de residuos, entre otros, e incrementaron los impuestos al lujo y al vicio y a los terrenos baldíos (que eran vistos como una forma de especulación inmobiliaria).

   Se promovió la educación mediante bibliotecas y escuelas;  la producción cultural a través de la Banda Municipal; la salud pública mediante el otorgamiento de subsidios al Hospital Mar del Plata y a la Asistencia Pública; se realizaron obras de pavimentación de calles, la extensión de nuevas zonas alumbradas y el mejoramiento de la limpieza urbana; se favoreció el deporte de masas con el apoyo brindado a los campeonatos municipales y a las asociaciones deportivas locales, como la Liga Marplatense de Fútbol.

   Luego del golpe de estado del año 1930, los socialistas demoraron casi 30 años en volver a gobernar la ciudad.  Durante la década de 1940, la composición fuertemente obrera del peronismo, produjo que muchos socialistas formaran un grupo separado denominado "Partido Socialista Revolucionario Nacional (PSRN)", dirigido a nivel nacional por Enrique Dickman.

   Durante el peronismo, el viejo Partido Socialista local, no logró la intendencia de la ciudad, pero llevó como diputado provincial a Teodoro Bronzini.  Desde ese cargo, defendió los intereses de Mar del Plata, oponiéndose a la Ley de Municipalidades, que restringía la autonomía de los municipios, a la expropiación del Club Pueyrredón y a la transferencia de los terrenos costeros de la Comuna a la Provincia.  Desde 1946 hasta 1955, los socialistas, sufrieron la persecución y prisión de sus dirigentes.  En cuanto al diario "El Trabajo", no estuvo exento de amenazas, clausuras y atentados.

   Recién en las elecciones de 1958 -proscripto el peronismo- los socialistas volvieron al gobierno municipal, con Teodoro Bronzini como Intendente.  La política del partido fue integrar, además de los trabajadores, a las diferentes clases sociales que habitaban la ciudad, desarrollando mejoras urbanas (luz, cloacas, agua corriente y desagües pluviales) e impulsando el turismo masivo.  Además y a diferencia de lo que habían predicado los peronistas, mostraron al Casino como una de las grandes atracciones del balneario.

   El Partido Socialista, pasó a ser el partido de Mar del Plata, reforzando una tendencia que ya estaba presente desde sus orígenes.  Tanto es así que desde 1958, los votos a los socialistas continuaron en ascenso, ganando todas las elecciones hasta el año 1973.

   En el año 1960 debido a la fractura del partido a nivel nacional, la justicia autorizó a agregar al Partido Socialista, la denominación "Democrático", con lo cual le permitió diferenciarse de sus desprendimientos.

   En las elecciones del año 1963 otro socialista, Jorge Raúl Lombardo, asumió como Intendente.  Su gestión se caracterizó por impulsar el desarrollo de los barrios, acompañado del boom de la construcción.  Además fomentó la instalación de nuevas industrias que atrajeran al turismo.  Una idea innovadora fue reubicar en los alrededores de la ciudad, a las familias -en su mayoría trabajadores- que vivían en villas miserias.  Para ello, se construyeron casas en diferentes barrios, que fueron otorgadas a las familias de esas villas.  Estas casas, en parte construidas por sus propios habitantes, se pagaban al Municipio mediante una cuota muy baja.

   Otro golpe militar en 1966, llamado "Revolución Argentina", impidió la finalización del mandato del Intendente Lombardo.  Luego de varios golpes militares y coincidiendo con la vuelta del peronismo al gobierno nacional y provincial, el Partido Socialista Democrático obtuvo la Intendencia nuevamente en 1973.  Pero la sociedad ya no era la misma.  El socialismo se encontró con una ciudad cruzada por conflictos políticos que, en algunos casos, se resolvían por las armas. Durante ese período, continuaron con las obras de infraestructura, promoción del turismo, la construcción y la industria textil, que crecían significativamente.

   El cruento golpe militar del 24 de marzo de 1976, reemplazó al Intendente Socialista Luis Nuncio Fabricio, por un hombre de la Marina, el capitán de navío Emilio Menozzi.  Sin embargo, el propio Fabrizio, volvió como Intendente durante el proceso militar, después de la guerra de las Malvinas, para conducir la transición a la democracia.  El Socialismo Democrático, defensor de los derechos individuales y colectivos, reprimido en sus orígenes por su perfil obrero y popular, cerraba el ciclo de sus intendencias como brazo político de la más sangrienta dictadura militar.  Este estigma marcó por largo tiempo al Socialismo Democrático marplatense, lo que se tradujo en la imposibilidad de acceder nuevamente a la intendencia, en las elecciones de 1983, 1989, 1995 y 1997.

  

   EL RADICALISMO

   Otra fuerza política significativa dentro de la Comuna, es el Radicalismo.  Hasta el año 1918, los partidos locales de este movimiento, bajo el nombre de "Unión Cívica Radical", se declaraban abstencionistas en las elecciones a diferencia de sus pares nacionales. Recién a partir de 1918, los radicales decidieron participar en los comicios, obteniendo la Intendencia con el escribano Luciano Arrué y varios concejales.  Arrué fue el único intendente radical hasta el año 1983, año en que asumió Ángel Roig.

   A diferencia del socialismo, el radicalismo tenía una influencia mayor sobre los sectores medios, urbanos y rurales, sobre algunos sectores trabajadores y sobre terratenientes.  El radicalismo dio gran importancia, a la mecanización del campo, al otorgamiento de subsidios para el desarrollo de la agricultura.  Se fomentó la inversión de capitales extranjeros, especialmente estadounidenses, priorizando la industria automotriz.

   Luego de la intendencia de Luciano Arrué, pasaron sesenta y cinco años para que el radicalismo obtuviese el municipio a través de la voluntad popular.  En gran parte, esto se debió a las múltiples fracturas producidas por intereses locales o por las divisiones nacionales, que les impidieron llegar a la intendencia, aunque consiguieron estar representados, casi permanentemente, por concejales.

   A partir de 1918, se produjo una fractura que llevó a la conformación de dos comités radicales en Mar del Plata.  Uno sostenía al gobernador José Camilo Crotto y el otro, al Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen.  Hasta ese momento, las campañas políticas, se caracterizaban por difundir sus ideas a través de sus comités o bien, captando la voluntad popular a cambio de servicios, como la atención médica gratuita brindada por médicos del partido o mediante la solución de problemas individuales, como la necesidad de algún trabajo.  De ahí que los socialistas le pusieran el mote de "partido de la caridad".

   Durante la década de 1930 -llamada "década infame", la participación de las elecciones profundizó la crisis partidaria.  Entre los años 1924 y 1925, se había producido una división interna en el partido: los que apoyaban a Hipólito Yrigoyen, recibían el nombre de "yrigoyenistas o personalistas" y los que apoyaban a Marcelo T. de Alvear "alvearistas o antipersonalistas".  Estos últimos se resistían a que el radicalismo fuera acaudillado por H. Yrigoyen.  Esta división se agudizó en las elecciones durante la década de 1930 al ponerse en marcha, nuevamente el fraude electoral.  Mientras los "yrigoyenistas" eran contrarios a presentarse en los comicios en estas condiciones, los "alvearistas" fueron favorables a ellas.

   En la década de 1940 y con el surgimiento del peronismo, hubo una nueva fractura.  El dirigente radical marplatense Juan Machado, se incorporó al peronismo como candidato a vicegobernador, en la fórmula laborista.  En el año 1958, el partido volvió a dividirse en "Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI)" y "Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP)".

   Estas fracturas constantes, le impidieron al radicalismo, llegar las elecciones con una postura unificada ante el electorado.

   Recién en 1983, el radicalismo venció ampliamente en las elecciones a nivel nacional, provincial y comunal.  En Mar del Plata, Ángel Roig fue elegido intendente, superando por primera vez a los desacreditados socialistas y también a los peronistas.  En 1987, los fantasmas del pasado militar -como el retorno a la política del ex-intendente de facto Mario Russak-, el auge del plan económico y las viejas prácticas clientelísticas, ayudaron a mantener a Ángel Roig como intendente.

   Pero ya para ese año, las reivindicaciones sociales, los atrasos en las obras urbanas, la crisis del turismo y sus sectores subsidiarios, la decadencia del puerto y la pesca y la falta de acción de los radicales en éstos y otros temas, fueron minando la posición hegemónica que tenían en la ciudad.  La política nacional fue perjudicando al radicalismo local, perdiendo las elecciones de concejales de 1989.  Finalmente en 1991, el gobierno comunal pasó a manos de Mario Russak, hombre del proceso militar.

   El desprestigio y la imagen de corrupción que caracterizó al gobierno del intendente Russak, permitió que, en los comicios del año 1995, llegara a la intendencia marplatense el radical Elio Aprile.  La campaña de Aprile se basó en el retorno del trabajo y la vuelta de las obras públicas, cuestiones anheladas por la población de Mar del Plata. En el año 1999, el radical Elio Aprile volvió a ganar la intendencia, pero en este segundo período su popularidad fue disminuyendo en forma abrupta, por la falta de interés en solucionar los problemas de la población del suburbano, brindar soluciones casi exclusivamente al centro de la ciudad, tener el peor pavimento de calles en la historia de Mar del Plata y tener los impuestos municipales más altos del país, entre otros motivos. Todo ello se vio reflejado, en las elecciones internas locales del año 2001, donde Aprile perdió su primacía.

 

   EL CONSERVADORISMO:

   Otra fuerza política de relevancia en la ciudad, ha sido el conservadorismo.  Esta tendencia fue representada por distintos partidos que llegaron a coexistir en un mismo momento.  Representaban a los sectores acomodados de la ciudad, especialmente a privilegiados veraneantes, como los Martínez de Hoz, Anchorena y Unzué, entre otros.  Hasta la reforma electoral de 1912 mantuvieron el control sobre el gobierno municipal, aunque sus prácticas políticas debieron ser modificadas, para poder mantenerse en el gobierno.

   La historia de los conservadores marplatenses, también es una historia de rupturas. En el año 1916 se dividió en dos comités. Uno llamado "Comité Comunal Independiente" y el otro "Comité Conservador".  Así se presentaron en las elecciones municipales.  En 1921, pese a la unificación que se había logrado, volvieron a separarse, apareciendo el "Comité de Comercio" en las elecciones de ese año.

   Los conservadores tenían sus formas típicas para realizar sus campañas electorales.  Cuando buscaban el apoyo popular, realizaban fiestas y asados en el campo de alguno de sus dirigentes e incluso recurrían al juego con apuestas de dinero.  Generalmente y como su política se dirigía a una minoría privilegiada, las reuniones se realizaban en lugares cerrados y pequeños.

   Las nuevas reglas políticas de la década de 1920, basadas en el sufragio electoral secreto y obligatorio y las transformaciones de la sociedad, los desplazaron del control del municipio -local y otros- e incluso del gobierno provincial.  Luego del golpe de 1930, los conservadores pudieron volver recurriendo al fraude y al autoritarismo.  De ese modo, gobernaron desde 1932 hasta el advenimiento del peronismo.

   En cuanto a los intendentes conservadores, el más importante de la "década infame", fue José Camusso.  Dueño de una constructora local, su gestión se caracterizó por una fuerte expansión de las obras públicas, que junto al impulso de la actividad privada, constituyeron los principales objetivos de la administración conservadora.  Se construyó el edificio de la Asistencia Pública, el Palacio Municipal, se terminó el cementerio de La Loma que había sido inaugurado en 1924, el matadero público municipal, se asfaltaron mas de 500 cuadras, se urbanizó Playa Grande, se creó el Parque San Martín, se inauguró el actual Casino y se inauguró la ruta 2.

   Para la realización de estas obras se privilegiaron a los "amigos", que utilizaron el sistema de créditos públicos para estas construcciones, esperando a que la situación cambiara para pagar las deudas, es decir, que la moneda perdiera valor, con lo cual las obligaciones contraídas se redujeron.

   Con esta política de construcciones aceleradas, la ciudad se quedó sin la vieja Rambla Bristol y otras construcciones que daban una fisonomía particular a Mar del Plata.

   El fraude institucionalizado, provocó que los marplatenses se alejaran de las urnas y participaran en las asociaciones de fomento, los gremios, las asociaciones culturales, etc.  Como ejemplo se tiene, que en las elecciones municipales de marzo de 1938, radicales y socialistas se retiraron del comicio al comprobar el fraude electoral y de esta manera, el triunfo fue obtenido por los conservadores..

   En el año 1940 bajo el gobierno de Ortiz, fue reemplazado el Dr. José Camusso, a raíz de la intervención de la provincia de Buenos Aires y la consiguiente salida de escena de su amigo y sostén político, el gobernador Manuel Fresco.  Nuevamente la ciudad fue dirigida por otro Comisionado, Agustín Rodríguez.

   Las fuerzas conservadoras, locales y nacionales, dada la falta de respuesta electoral y el crecimiento de los partidos reformistas u obreristas, los llevó a colaborar con los gobiernos militares que se sucedieron hasta 1973 y al "Proceso de Reorganización Nacional" de 1976.

   Uno de los intendentes civiles marplatenses del "Proceso de Reorganización Nacional", Mario Roberto Russak, se destacó por sus obras monumentales destinadas al turismo, como el complejo Punta Mogotes, la peatonal San Martín y la fuente de San Luis y San Martín.  Pero el afán de poderlas habilitar personalmente, hizo que las construcciones en cuestión, fueran construidas con apuro y de no muy buena calidad, tal el caso Punta Mogotes.  

   Estas obras y el apoyo del gobierno militar de la provincia, lo consagraron como el líder natural de las fuerzas conservadoras. El Proceso posibilitó que otros dirigentes de esta tendencia  lograran cierta trascendencia, nucleados en la "Unión Conservadora (UC)".  En las elecciones de 1991,  Russak ganó la intendencia por el voto popular.  Para ello, reagrupó bajo su mando a los distintos grupos conservadores, hasta que decidió enrolarse en el peronismo.

   Su gestión fue marcada por una serie de escándalos en el manejo financiero y de los recursos comunales.  Los últimos meses de su gobierno, los atravesó jaqueado por todas las fuerzas políticas del Concejo Deliberante.

 

  EL PERONISMO:

   En la ciudad de Mar del Plata, como en todos los grandes centros urbanos, el peronismo tuvo un amplio apoyo popular y obrero. Tal es así, que en las elecciones de 1948, 1951 y 1955, fueron elegidos por el voto popular, intendentes peronistas, durante las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón.

   El peronismo se caracterizó por el fuerte liderazgo del general Perón, que fue ganando la confianza y el apoyo del movimiento obrero.  Su política se basó principalmente en el otorgamiento de beneficios sociales: se amplió el régimen de jubilaciones, se reglamentó la indemnización por accidentes de trabajo y las vacaciones pagas, se estableció el salario mínimo, vital y móvil, se dictó el estatuto del peón rural.  El peronismo era partidario de un Estado fuerte, que arbitrara en todos los conflictos entre la patronal y los obreros.

   Entre los años 1943 y 1946, Mar del Plata tuvo catorce comisionados cuyos intereses personales, estaban en la La Plata o en Buenos Aires, lo que ocasionó que la ciudad no tuviera un perfil político propio, ni que el Municipio trabajara en función de las necesidades de los habitantes de Mar del Plata.

   Si bien en el año 1946 triunfó la fórmula del Partido Laborista -creado por la CGT- que llevó a Perón a la presidencia de la Nación, el laborismo marplatense se encontraba dividido y la ciudad continuó dirigida por Comisionados.  En 1948, se fundó el Partido Peronista, dejando de lado el nombre de Laborista.  Algunos sindicalistas y políticos, como Cipriano Reyes, poco pudieron hacer para mantener la vida del Partido Laborista, especialmente, cuando el propio Reyes fue encarcelado por estar involucrado en un "supuesto" atentado contra  el presidente Perón.

   Recién en el año 1948, tras una elección interna reñida y no muy clara, el peronismo se presentó -en marzo de ese año- a las elecciones municipales y provinciales.  Triunfó por pocos votos, ocupando el cargo de Intendente, Juan José Pereda. Tuvo 8.991 votos contra 7.343 votos socialistas.  Recién electo, el bloque peronista sufrió una división que hizo peligrar las sesiones del Concejo Deliberante.  En esta gestión, el intendente fue acusado de exageradas inversiones del dinero público, gastos que no implicaban obras, sino la burocratización de la administración pública: la contratación de personal partidista.  Este tipo de denuncias realizadas por socialistas y radicales, marcaron el tono de las relaciones entre el oficialismo y la oposición durante todo el gobierno peronista.

   En 1949 se sancionó la "Ley de las Municipalidades", con la cual se reducía la autonomía de cada comuna y se le otorgaba al gobierno provincial, mayor poder sobre los municipios.  Esta nueva Ley, permitió que la Gobernación interviniera varias municipalidades.

   En los primeros días del mes de marzo de 1950 y como consecuencia de esta ley, la Municipalidad marplatense fue intervenida alegando falta de cooperación, que se manifestaba desde hacía tiempo, tornándose en una total y grave desvinculación con la obra del Poder Ejecutivo provincial.  El enfrentamiento y división de los peronistas ayudó a que se efectivizara la intervención, teniendo que renunciar el intendente Pereda y la mayoría de los concejales, titulares y suplentes.  Esta medida ponía "orden" en la Intendencia al nombrar a un Comisionado, mientras que el gobierno provincial, se aseguraba en control municipal.

   A pesar de la anulación de las elecciones municipales, el 13 de marzo de 1950, se pudo votar al gobernador y vicegobernador, saliendo electo el candidato por el peronismo.

   Mientras que la Provincia tenía sus autoridades electas por el pueblo, Mar del Plata seguía gobernada por un comisionado, el Dr. Federico Callejas, representante del Gobernador, Mercante.  Su política se caracterizó por ser marcadamente provincial, por lo que disolvió el Concejo Deliberante y realizó modificaciones en el presupuesto local.

   En el año 1951, el comisionado propuso la "sonorización de la ciudad", para lo que se compraron un equipo transmisor, micrófonos y altavoces, que desde la Municipalidad transmitía música y discursos oficiales, marchas militares y propaganda oficialista.  Además, no se rendían cuentas del manejo ni de la inversión del nuevo presupuesto municipal; se redujeron los fondos destinados a la Liga Marplatense de Fútbol y la Dirección de Turismo fue reducida a una oficina municipal.

   A pesar que el presupuesto era mayor que en años anteriores, los impuestos fueron aumentados, entre ellos el llamado "turismo social", que comenzaron a pagar tanto los veraneantes como los vecinos.  La oposición realizó mitines públicos, manifestando su disconformidad por la política del Comisionado.  Algunos socialistas -Luis Nuncio Fabrizio, Ricardo Junco y Vicente Tótaro- fueron detenidos por desacato y trasladados por la Policía Federal, a la ciudad de Azul.

   Esta situación y la disconformidad de la población, llevaron a las autoridades bonaerenses a retirar el apoyo al comisionado.  La ciudad apareció con leyendas adversas a su gestión y se comenzó a vislumbrar un nuevo gobierno para la ciudad.

   El 11 de noviembre de 1951 se llamó a elecciones, en las que las mujeres podían votar por primera vez. Al sumarse el electorado femenino, la cantidad de sufragantes marplatenses se elevó a 69.867 votantes: 34.244 hombres y 35.623 mujeres.

   Un periódico relataba:  "Por primera vez ejercitan las Mujeres Argentinas sus derechos electorales".....el electorado femenino tendrá mesas receptoras integradas por mujeres, ya que la ley ha establecido también que sólo pueden actuar como electores en la misma mesa. Todas las demás formas del mecanismo electoral, son semejantes para los dos sexos con una sola recomendación extraoficial: se recomienda a las damas que no mojen con sus labios los sobres electorales al cerrarlos, para evitar que las huellas del "rouge" puedan servir para identificar el voto. FUENTE: diario La Capital, 6 de noviembre de 1951.

   En estas elecciones, se pudo fraccionar las boletas en siete partes: 1) Presidente y vicepresidente de la Nación. 2) Senadores nacionales. 3) Diputados nacionales. 4) Gobernador y vicegobernador. 5) Senadores provinciales. 6) Diputados provinciales. 7) Intendente y 12 concejales.

   También la reforma de la Ley Electoral, eliminó la representación proporcional, por lo cual el partido que reunía el mayor número de votos, se adjudicaba el cargo de Intendente y 8 concejales, reservándose para la minoría solo 4 bancas en el Concejo.

   El candidato a Intendente por el peronismo, Olegario Olazar, respondía al Gobernador y tenía en su contra el hecho de ser un desconocido para la ciudad. Lo mismo ocurría con el candidato a diputado nacional.  Para aumentar sus chances se instrumentó tanto desde la Nación, como desde la Provincia y el Municipio, una gran propaganda en la prensa y la radio, acerca de la labor del partido peronista durante los años de gobierno.

   De esta forma y ayudados por el gran consenso entre la población que tenía Juan Perón, el resultado de la elección municipal en 1951 -para intendente y concejales- fue favorable a los peronistas.

   En la primera reunión del Concejo Deliberante con mayoría peronista, se aprobó el aumento del presupuesto municipal para el año 1952.  De esta forma, el presupuesto se elevó a $ 18.000.000.- m/n, distribuido de la siguiente forma: $ 15.000.000.- m/n, para sueldos y $ 3.000.000.- m/n, para obras públicas.  Además el intendente cedió sin autorización del Concejo Deliberante, tierras municipales a particulares y se inició un plan de expropiaciones: entre ellas, las del Club Pueyrredón.  Los radicales, socialistas y la mitad de la bancada peronista se opusieron a este proyecto, por lo cual el nuevo Intendente, debió abandonar el proyecto, aunque esto le costara la banca a cuatro ediles peronistas.

   Hacia finales del año 1952, se votó un aumento para el presupuesto del año 1953.  La justificación era el pago de sueldos de gran cantidad de funcionarios y empleados "fieles" municipales, que disponía la Comuna.  Se calculaba que uno de cada 114 habitantes de Mar del Plata -incluidos ancianos y niños- resultaba ser empleado municipal.

   En el año 1953, la mayoría oficialista autorizó al Intendente, Olegario Olazar, a crear 100 puestos municipales más y a derivar dinero del Municipio, para la construcción de nuevas oficinas en el edificio Comunal.  También, a elevar las tarifas del transporte.

   Por la falta de pago de las jornadas laborales y horas extras, el poder ejecutivo municipal comenzó a tener nuevamente problemas.  El personal de limpieza, apoyado por la CGT peronista, amenazó con ir a la huelga y pidió la renuncia del Intendente.  También las juntas vecinales reclamaron por los altos precios de los pavimentos y la poca flexibilización en los plazos de pago, fijados en los contratos de construcción.

   En septiembre de ese año, el Intendente presentó su renuncia aunque la misma no se hizo efectiva inmediatamente, debido a que no se ponían de acuerdo los mismos peronistas.  El motivo era que no había consenso en su reemplazante.  Una vez más, la provincia intervino la Municipalidad, designando como Comisionado municipal, al Dr. José M. Carbusiero.

   En abril de 1954 se llamó a elecciones a las que concurrió el 80 % de los votantes.  A causa de fuertes divergencias entre las distintas facciones peronistas, la ciudad amaneció pintada con leyendas agraviantes en los frentes de numerosos edificios, contra sus dirigentes. El propio comisionado Carbusiero, sufrió un atentado cuando balearon su automóvil, camino a Buenos Aires.  Esto determinó que el Poder Ejecutivo provincial, diera por concluidas las funciones del comisionado, intentando poner término al enfrentamiento del peronismo local. El nuevo comisionado fue Eduardo Manuel Teisaire, que estaba como interventor en Luján.

   Esta nueva autoridad municipal, tampoco tuvo un desempeño satisfactorio para el pueblo marplatense.  Durante su gobierno se proyectó la federalización de Mar del Plata y la posibilidad de que el propio gobierno nacional, tuviera su asiento en ésta, durante el período estival. El constante crecimiento de la burocracia municipal, impedía la concreción de nuevas obras públicas o el mejoramiento de los servicios públicos.

   Los conflictos entre los distintos sectores del peronismo, mostraban los diversos orígenes de cada uno de estos grupos y el diferente apoyo que recibían del gobierno provincial.  En la primera etapa del peronismo, el gobernador, Mercante, elegía a los comisionados entre aquellos hombres que podían conciliar posiciones con la oposición.  Durante la gobernación de Aloé, los comisionados eran aquellos hombres que habían demostrado ser más "peronistas".  Sus apoyos locales se registraban entre los sindicalistas o entre los grupos más populares.  Las disputas entre ellos, atentó contra el propio peronismo y también contra la ciudad de Mar del Plata, dado que el presupuesto municipal era utilizado para calmar a aliados y adversarios internos.

   Otro tipo de conflictos que tuvo que enfrentar el presidente Perón, con sectores tradicionales o con nuevos adversarios, se dejaron sentir en Mar del Plata.  En la disputa con la Iglesia, las religiosas del Asilo Unzué fueron reemplazadas por empleados de ambos sexos enviados desde Buenos Aires.  Esta medida fue vista con desagrado por el vecindario marplatense, que responsabilizaba al gobierno municipal, tal como lo mostraba la prensa de la época.

   Todos estos problemas comenzaron a reflejar la disconformidad de distintos sectores de la ciudad con el Comisionado, que coincidían con la conflictiva situación nacional.  A pesar de las críticas de la oposición en las elecciones municipales de 1955, triunfó nuevamente el peronismo, resultando elegido para el cargo de intendente, el Dr. Juan Antonio Cavallo.

   Los levantamientos militares que se iniciaron en junio de 1955 en contra del gobierno de Perón, amenazaron la estabilidad del municipio.  Ante esta situación, la Intendencia mediante la red de altavoces, exhortó al pueblo a reunirse en la plaza San Martín y permanecer en ella, hasta que el Presidente de la Nación desistiera de su propósito de renunciar al cargo.  Alrededor de 500 obreros liderados por la CGT local, viajaron a Buenos Aires para hacer lo propio en la plaza de Mayo.  Mientras tanto, el comercio local cerró sus puertas y las amas de casa se agolparon frente a los negocios de comestibles, temerosas ante posibles desabastecimientos.

   En el mes de septiembre de 1955, fue derrocado el gobierno peronista por un golpe de estado.  En Mar del Plata, los cañones de los buques de la Marina despertaron a la ciudad.  Se vivieron momentos de confusión.  Las autoridades municipales que se hallaban dentro del edificio Municipal, fueron depuestas y en reemplazo del Intendente, asumió provisoriamente el capitán de corbeta, Bizet. Por la radio LU9, se transmitió un comunicado del Comando Revolucionario Militar, llamando a la población a la calma.  Se produjeron allanamientos en los locales peronistas y en los gremios, donde se secuestraron gran cantidad de armas.

   Paradójicamente, el Partido Laborista que en el año 1946 llevó al triunfo a Juan D. Perón, en 1955 ante el golpe militar, expresaba en Mar del Plata "...su reconocimiento y gratitud a las fuerzas armadas de la Nación, por el heroico y patriótico comportamiento en la gesta libertadora".  También, el Partido Socialista y el Partido Radical, festejaron la intervención de la Revolución Libertadora, como así también gran cantidad de la población de Mar del Plata.

   Los militares designaron como interventor a un comisionado local, el Dr. Celso N. Aldao, médico de la Marina de Guerra.

   Esta fue la última experiencia del peronismo al frente de la Comuna marplatense, no obstante el triunfo amplio de este partido -a nivel nacional- en las elecciones de 1973 y 1995.

   A pesar de la proscripción sufrida desde 1955 hasta 1973, el peronismo ha sido una de las principales fuerzas políticas locales.  Si bien en este período no llegaron a la intendencia de la ciudad, tuvieron una fuerte influencia en el movimiento obrero y estudiantil, como en la Confederación General del Trabajo (CGT), en las unidades básicas, creando el movimiento de bases peronistas y actuando en los centros de estudiantes, tanto secundarios como universitarios. 

   En las elecciones de 1973, se desplegó una amplia propaganda con discursos y mensajes desde España de Juan D. Perón, bajo la consigna "Liberación o Dependencia". Pese al triunfo mayoritario del peronismo a nivel nacional, el peronismo local no logró alcanzar los votos suficientes para obtener la Intendencia..  El interventor del partido peronista en Mar del Plata, Julio Troxer, declaraba frente a esta derrota: "...también es cierto que un sector del peronismo de Mar del Plata, cortó boleta del FREJULI a favor del Partido Socialista Democrático y vamos a investigar las causas de esto".

   Desde el regreso a la democracia, el peronismo histórico no consiguió ganar la Intendencia (Russak se afilió al peronismo siendo ya intendente por otro partido).

   El peronismo, fue uno de los partidos que más transformaciones ha sufrido durante la vuelta a la democracia. Entre 1982 y 1985, se observó la hegemonía de la derecha, menos golpeada durante los gobiernos militares y fue entrando en un cono de sombras y reconversiones varias. La "Renovación" -que en Mar del Plata representaban, Juan Garivoto, padre e hijo, Susana Salerno, Roque Di Caprio y Pablo Vacante, entre otros- se conformó para disputarles a los peronistas ortodoxos (como así se llamaban), el control del partido. Además, optó por participar electoralmente fuera del peronismo y fortalecida con sus resultados, desplazó a los viejos caciques.

   Esta alianza se quebró en los comicios internos para las elecciones de 1989.  Los renovadores no consiguieron mantener las conquistas adquiridas y la alianza de los renovadores desplazados de las decisiones del partido y los caudillos provinciales, pulverizó este proyecto.

   El triunfo de Carlos Menem y el abandono de los principios históricos del peronismo, provocó una nueva ruptura que dio origen a algunos grupos -como el Frente Grande y el Frente para la Democracia y la Justicia Social (FREDEJUSO)- que, unidos a intransigentes, demócratas cristianos, otros grupos políticos y ciudadanos sin militancia política previa, conformaran el FREPASO (Frente País Solidario).

 

   DÉCADA 1930-1950:

   Todos los cambios señalados a escala local, como fueron la aparición de sectores sociales heterogéneos, el de una diversificada actividad hotelera, el de una economía cuyo principal soporte era la actividad turística y comercial con una débil actividad industrial, se dieron con un marco político nada tranquilo, puesto que la década de 1930, se había inaugurado con el movimiento militar que desalojó del poder al radicalismo, iniciándose así la llamada "Década infame".

   En el plano económico, la difícil situación que se venía manifestando desde 1928, persistió hasta el año 1932, golpeando duramente lo que era hasta entonces, una economía abierta y poniendo en crisis el modelo económico de crecimiento vigente desde el siglo XIX: el agro-exportador.

   Los precios internacionales de los productos agrícolas cayeron fuertemente y aunque el volumen de las exportaciones no descendió, los ingresos del sector agrario y de la economía, se contrajeron fuertemente.  Como el gobierno optó por mantener el servicio de la deuda externa, mucho más gravosa por la disminución de los recursos corrientes, debieron reducirse drásticamente tanto las importaciones como los gastos del Estado, cuyo déficit pasó a convertirse en un problema grave.

   En un mundo en permanente cambio, se requería una política económica nueva. La adoptada inicialmente por Uriburu y Justo, se había limitado a las medidas reactivas clásicas, pero a mediados del año 1933, con la designación de Federico Pinedo como Ministro de Hacienda, se delinearon dos tendencias: la creciente intervención del Estado y el cierre progresivo de la economía.

   De esta manera, se avanzó en esta década en el control de las finanzas; en el año 1935 se creó el Banco Central, cuya misión era regular las fluctuaciones cíclicas de la masa monetaria, evitando tanto una excesiva holgura como la escasez, así como controlar la actividad de los bancos privados. Como una forma novedosa de intervención estatal, se crearon las Juntas Nacional de Granos y Carnes, donde se les aseguraba un precio mínimo a los productores rurales, evitándoles tener que vender en el peor momento.

   Por este camino, el Estado fue asumiendo funciones mayores en la actividad económica y pasó de la simple regulación a la definición de reglas de juego cada vez más amplias.  Esta nueva tendencia en la década de 1930, era incipiente y estuvo impulsada por factores coyunturales, pero se fue afirmando progresivamente y estimuló modificaciones tales como la industrialización.  La que comenzó a crecer en el marco de la crisis y siguió haciéndolo luego de la recuperación de la segunda mitad de la década.  El cierre creciente de la economía, los aranceles y la escasez de divisas creaban condiciones adecuadas para sustituir los bienes importados por otros producidos localmente, sobre todo si la producción no exigía una instalación muy compleja.  Se trataba de sustituir o reemplazar importaciones por productos producidos localmente.

   La crisis de 1930 y las respuestas de índole coyuntural, habían creado una serie de condiciones nuevas que hacían muy difícil el retorno al viejo y añorado, por algunos sectores, modelo agro-exportador.  El cierre de la economía, la intervención del Estado y un cierto crecimiento industrial, aparecían como la nueva senda a seguir en la década de 1940.  

   Un símbolo del cambio que se dio por la década de 1930, fue la inauguración en octubre de 1938 de la ruta Bartolomé Mitre (más conocida por la Ruta 2), después de 10 años de gestiones llevadas a cabo por la Asociación de Propaganda y Fomento de Mar del Plata.  Así esta ciudad, conocida primero como "Puerto de Laguna de los Padres", "Villa de los Porteños" y  la "Biarritz argentina", se transformó en la "Perla del Atlántico".

   La Ruta 2, reflejaba por un lado la puja entre el capital estadounidense y el inglés.  El primero interesado en el desarrollo de la red vial y la popularización del automóvil, mientras que el inglés intentó mantener sin éxito su hegemonía mediante las redes ferroviarias, hasta que el gobierno peronista las compró.  Este fue uno de los actos más decadentes de la historia.  Por un lado, faltaba solamente un año para que venciera la concesión que tenían los ingleses sobre el ferrocarril y por el otro, Inglaterra debía a la Argentina una muy grande suma de dinero, por los alimentos que Argentina había enviado a Gran Bretaña, pues ésta en la época de la segunda Guerra Mundial, carecía en forma total de productos alimenticios y por lo tanto, los compraba a la Argentina.

Para poder cobrar esa gran deuda que los ingleses tenían con los argentinos, Perón tuvo la desgraciada idea de cancelar dicha deuda con la compra de los ferrocarriles, sin tener en cuenta, que en solamente un año pasaban automáticamente a poder del Estado Nacional, por vencimiento de la concesión.

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